En la historia de las relaciones interculturales la vida de Elizardo Pérez ofrece una experiencia de vida llena de enseñanzas. El año de 1917 fungiendo como inspector de educación, al visitar una escuela fiscal en Warisata, se percató que en la misma zona había otra “escuelita” particular dirigida por un indio llamado Avelino Siñani. Allí comprendió que ése hombre había tomado, a diferencia de los suyos, el camino de “capacitar a la masa, iluminarla con el fuego sagrado, prepararla para futuros días”, dejando a un lado las acciones de rebeldía en contra del latifundismo imperante.
Años más tarde en el ejercicio de su profesión de maestro, al ser nombrado Director de
La escuela que matriculó a 150 alumnos y supuestamente estaba cobijada en los espacios de un ayllu, pronto fue una constatación dolorosa para Pérez y los maestros que lo acompañaban que no había tierras de ayllu y que todo era propiedad gamonal, además que los indios, el día convenido para comenzar con la construcción de las aulas ni siquiera se presentaron.
“El día señalado no se presentó un solo indio. El albañil Velasco y yo principiamos la obra… nos pusimos a abrir los cimientos” (Elizardo Pérez 1992: 74)
Durante días los profesores trabajaron completamente solos. Elizardo Pérez teniendo que ir a la ciudad de
Warisata es un paradigma de cómo las relaciones interculturales pueden construirse y cultivarse en el reconocimiento mutuo, de igualdades y diferencias, de dirigir los esfuerzos hacia un objetivo común.
Las enseñazas:
- Elizardo Pérez que como todos los pioneros de su época se enfrentó al poder gamonal, podía hacerlo con la seguridad que su gente (los indios) le ofrecía, son tantas las anécdotas que cuenta de sus relaciones conflictuadas con los poderes gamonales de Warisata y Achacachi.
- Elizardo Pérez a su vez aprendió que Warisata iba a ser sostenible si la gestión estaba en manos de los propios indígenas, para lo cual siguiendo el modelo ayllu de organización y gobierno organizó el Consejo Amauta.
- Las alianzas fueron muy importantes en preservar e institucionalizar la obra educativa de Warisata, para lo cual involucró a personalidades de reconocimiento de la época a quienes los llevó hasta la escuela y recuerda que incluso el mismo Tejada Soriano, siendo uno de los más grandes hacendados y conservador, fue uno de los aliados más eficaces.
- La educación, la enseñanza, fue bilingüe: castellano- aymara y castellano quechua.
Lo intercultural considero, asumió con naturalidad, por cuanto efectivo el bilingüismo y la interculturalidad el esfuerzo fue puesto en hacerlo positivo, que el indio reconozca en el q’ara a su hermano. Que los indios no aprendan de los karas a sentir patria sino que sean “ellos los que enseñen a comprenderla, sentirla…” (Elizardo Pérez 1992: 343)
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